Se necesitaron décadas de lucha de familiares de muertos y desaparecidos políticos, exigiendo la aclaración de crímenes ocurridos durante los gobiernos de la dictadura en Brasil, para que en 2011 se creara la Comisión Nacional de la Verdad.
Fue un hito importante en la construcción de una narrativa de memoria y verdad sobre la violencia y las prácticas represivas del Estado entre 1964 y 1985. Fue igualmente importante pues formuló 29 recomendaciones para que el Estado pueda hacer justicia con relación a los delitos cometidos, compensar simbólica, financiera y psicológicamente a las víctimas y reformar sus instituciones, mejorando la democracia con la finalidad de no reiterar las vulneraciones a los derechos humanos ocurridas en dicho período.
El cumplimiento de las recomendaciones de la CNV es fundamental para que el Estado y la sociedad superen su pasado autoritario, evitando que la impunidad, las violaciones a los derechos humanos y las prácticas violentas y represivas persistan en el presente.