Elifas Andreato
Rolândia/PR, 1946
Artista Gráfico
Entrevista concedida en 2009
Elifas Vicente Andreato era un artista gráfico, nacido en Rolândia/PR el 22 de enero de 1946. Cuando trabajaba en la Editora Abril, descubrió un universo de posibilidades profesionales y al mismo tiempo la violencia de la represión practicada durante la dictadura. Los periodistas estaban sujetos a la discrecionalidad de la censura y, en muchos casos, a encarcelamientos y tortura.
Transcripción:
Cuando llegué a Editorial Abril, el mundo creció porque enseguida empecé a trabajar en la Revista Cláudia, con grandes periodistas, escritores. Y luego, tenía papel, revista, tinta, dibujaba sin parar. Entonces me di cuenta de que el país estaba bajo censura y que yo estaba completamente alienado; me ocupaba de mis propios asuntos, me ocupaba de mis propios asuntos.
Víctor incluso llamó a mi madre, no entendía cómo un chico hace una carrera así, empieza a ganar mucho dinero y de repente se pone a hacer un periódico contra el Régimen Militar, lo van a arrestar, lo van a golpear. … Entonces teníamos un periódico allí bajo censura y sufrimos mucho, pero había una junta editorial de notables que nos sacaba de las manos del coronel Bandeira en Río o nos sacaba de la cárcel. Tiempo después de fundada el Opinión, fundamos aquí la Revista Argumento, que la censura cerró y prohibió que estuviera en circulación en la cuarta edición.
Nos arrestaban y torturaban así: nos abofeteaban. Todos trabajábamos, salíamos de Abril y los viernes no dormíamos. Pasábamos la noche cerrando la edición con la censura dentro, rehaciendo la portada. A veces, el tipo para fastidiarte: pasabas tres horas haciendo la portada de Don Paulo Evaristo Arns, que iba a rezar la misa dominical para Alexandre Vanucchi, y cuando el tipo aprobaba el dibujo de atrás, cuando salía de la imprenta, cuando tenía derecho a ganar color – y la fotolitografía la hacía yo en papel vegetal – y cuando veía el color rojo del cardenal, el tipo ya empezaba a golpearme.
Tuve que correr porque el tipo ya me estaba golpeando porque el color rojo estaba prohibido. Ahora, la peor tortura es esta: dejaban que el periódico saliera, y sabían que no habíamos dormido el viernes; así que cuando el periódico empezaba a circular el sábado por la noche, nos recogían para que no durmiéramos también el sábado. Entonces era como sacar agua de un pozo: intentabas dormir y el tipo te golpeaba. Cuando se enteraron que hice el Libro Negro de la Dictadura Militar con Azevedo, aquella calavera con la gorra, intentaron matarme. Me persiguieron durante mucho tiempo. Un compañero nuestro cayó aquí en el DOI-CODI y bajo tortura nos delató. Así que lo sabían y ese libro fue como una patada en sus huevos.