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Fernando do Ó

Tauá/CE, 1942
Trabajador de fábrica
Entrevista concedida en 2022

Fernando do Ó Veloso es obrero, nació en Tauá/CE el 23 de agosto de 1942. En la década de 1970, en Santo Amaro – barrio del sur de São Paulo –, organizó la lucha contra la hambruna y la precaria infraestructura en la región, al mismo tiempo que militaba en los sindicatos. Durante ese período conoció a Santo Dias, metalúrgico y miembro de la Pastoral Operaria. La historia de Fernando es la de Santo, y de cómo la vida de Santo fue interrumpida en octubre de 1979.

Transcripción:

Los militares siempre tuvieron una política de reducción de salarios, ni siquiera tenían una campaña de salarios, y sabes que hay toda una campaña de Delfim Netto, esa campaña para aumentar el pastel y luego repartirlo. Y con esa charla, esa división nunca llegó.

En 1978, en la región sur, en nuestra región, donde vivíamos Santo Días y yo, hay los clubes de madres de la Iglesia Católica, de la Iglesia Progresista. En esa región no había agua ni alcantarillado, no había nada, había mucha helmintiasis, entonces trajimos a muchos estudiantes para ayudar allí, para ayudar con la investigación también, para enseñar. Era una forma de hacer política también, y la Iglesia también empezó a expandirse.

La huelga de 1979 fue una huelga muy complicada, tuvimos una en la campaña salarial, logramos poner en la plaza a treinta mil personas. Y Santo se encargó de ayudar a coordinar esta reunión para convocar a la gente a una asamblea para decidir si continuábamos o no con la huelga. Porque la fábrica empezaba a las dos, y llegó la policía a reprimirla. Y como él había dicho, “mira, tenemos que evitar que la gente vaya a la cárcel, si uno es arrestado, todos van junto”. Entonces fue a sacar a su compañero, para que no lo detuvieran, entonces todo empezó, le dispararon a Santo Dias. Santo era un tipo pacífico, luego le dispararon por la espalda.

Uno dice así, en la lucha de clases que matan a fulano de tal, nunca lo ves en tus carnes, porque es duro, muy difícil, ver a un compañero caído, participó en la lucha, aquel compañero caído por tu enemigo, y sabiendo que su lucha era una lucha justa, su lucha, la nuestra, la lucha de todos, la lucha de los trabajadores. Una lucha animal por querer comer, el derecho a comer, simplemente no cabe más que eso: el derecho a comer.

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