Rita Moreira

Transcripción:

Huí de São Paulo, São Paulo era horrible, se llevaban a la gente y la torturaban. Estuve en Nueva York, en la segunda ola del feminismo, fuimos allí el 72. Y era otro mundo. De hecho, empecé, eh, empecé, mezclando un poco con el movimiento gay y luego realmente el feminista.

En Nueva York, sí, había The Duchess, que se cita en muchos libros. Allá en The Duchess, bailábamos, bailábamos, ay, lo maravilloso que hice en la vida, hasta el día de hoy sigo bailando sola. Es bailar, niña, casi todas las noches, íbamos a The Duchess, bailábamos, bailábamos, bailábamos, y organizábamos las siguientes marchas, protestas, marchas y etc. ¡Era lo mejor! Pero luego dije “ah, Montoro va a ser gobernador, ahora no me sale nada, y volví. Y recuerdo en la casa de mi madre, Norma y yo, frente a la chimenea, volvimos y nos quedamos aquí como unos 4 meses. Recuerdo a las dos, las dos llorando por Brasil.

Había un lugar ahí, ¿sabes dónde está ubicada la Avenida Ipiranga? Había una esquina, esta discoteca era mentada. Nosotras bailando, bailando, bailando – mujeres, creo que eran solo mujeres – y luego entran, porque en cualquier momento, en cualquier momento, podían entrar. Espero que no estén ahí en la puerta, la policía. Ahí es cuando entran los militares, ¿no? Entran, muchacho, entran como unos 15, andan con esos revólveres, así, y andan, ¿y sabes lo que hicimos? Ay, se me ponen los pelos de punta… ¡seguimos bailando, bailando y bailando! Y, y aún era la dictadura. Y ellos dando vueltas, vueltas, y nosotras mirándonos, así, y bailando y bailando y bailando.