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Walderez de Barros

São Paulo/SP, 1940
Actriz y Productora
Entrevista concedida en 2022

Walderez de Mathias Martins de Barros es actriz y nació en Ribeirão Preto el 31 de octubre de 1940. Sin que hubiera sido alertada, durante la dictadura sus hijos fueron protegidos por la directora de la escuela donde estudiaban: ella se negó a tener en cuenta las solicitudes de madres de estudiantes para que los los hijos de Walderez fuesen expulsados por el hecho de que su padre era Plínio Marcos, autor de obras de teatro consideradas “indecentes” o “pornográficas”. El advenimiento de la dictadura estuvo precedido y acompañado por una ola de conservadurismo que se repetiría principalmente a partir de la segunda mitad de la década de 2010.

TRANSCRIPCIÓN

Voy a contar un hecho que pasó y del que solo me enteré mucho después, luego ya tenía mi otro niño allí también, Leo, Aninha aún no, porque fue mucho tiempo después. Pero los dos chicos estudiaban allí, y yo siempre, desde el principio, cuando necesitaba, me quedaba, y me ocurría a menudo, sin dinero, hablaba con tía Carminha y ella “cuando puedas, está bien, no te preocupes”, ¿sabes? Me perdonó las deudas, fue una mujer maravillosa en el tema financiero.

Y luego, mucho tiempo después, hablaba yo con otra madre y le dije: “Creo que voy a tener que sacar a los niños de aquí, porque es demasiado caro, no estamos en condiciones”. Y dijo: “si yo fuera tú no los sacaría de allí, después de lo que ella hizo por ti”. “Y ella siempre lo hace, no me cobra, tú sabes, me facilita, yo pago al año siguiente”. Y ella dijo “no, no, no es eso, no, tus hijos están aquí porque tía Carminha lo exigió”. Un grupo de madres fue a hablar con ella, diciendo que no querían que sus hijos estudiaran en la misma escuela que los hijos de Plínio Marcos y que querían que tía Carminha los sacara, que expulsara a mis hijos de allí.

Siempre estaba pensando en eso de que la vida se impone, y de repente, es una verdad, de repente estamos bajo una dictadura, a mi esposo lo pueden arrestar, lo pueden torturar, lo pueden asesinar, lo pueden echar al mar como hicieron a tanta gente. Y sin embargo, vivo, cuido a mis hijos, me ocupo de la cena, voy al supermercado, ¿sabes? La vida se impone.

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